23 diciembre 2014

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Te esperamos


Llegada la plenitud de los tiempos, una nube nos cubrió con su sombra,
y en medio de la oscuridad, se hizo la luz.
Se escuchó entonces la voz del profeta gritar: “Miren a la doncella, que está en cinta”.
La luz se hizo palabra, la palabra se hizo carne … y habitó entre nosotros. 

Nuestro espíritu se alegra, 
porque nuestro salvador ha visto la humildad de sus siervos, 
desde ahora nos llamarán: bienaventurados.
Bienaventurados los limpios… porque verán.

Y aún conociéndole de oídas, nuestros ojos ya le han visto.
Hemos visto como su vida se asoma a la nuestra.
Somos testigos de los signos que nos preparan su llegada.
Hemos visto su figura, aparecer de forma inquieta.
y hemos escuchado su voz, al cantar su corazón.

Resta esperar, 
para que llegado el fin de los tiempos,
podamos exclamar llenos de gozo, 
al son de los ángeles: ¡Hoy, un niño nos ha nacido!

¡Saludos!
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21 noviembre 2014

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Que estén tus oídos atentos...

El pasado 16 de noviembre, se publicó en Panorama Católico (semanario de la arquidiócesis de Panamá), un brevísimo artículo  en formato de entrevista que me realizara el Departamento de Prevención de drogas y atención Psico-social. Para mi sorpresa han llegado al e-mail del Departamento, algunos comentarios de lectores de este medio informativo refiriéndose al artículo. Les comparto la entrevista y al final dichos comentarios.

Saludos!

1. Como teólogo pastoral, ¿Cuál es el papel que ocupa la Iglesia en el tema de prevención drogas?

La iglesia tiene la responsabilidad de brindar a la sociedad cristianos -hombres y mujeres- libres, que desde una perspectiva creyente puedan decir “no” a cualquier circunstancia que les aliene o les haga dependientes, hipotecando su libertad y colocándolos en situaciones de deshumanización. Llámense estas drogas, pornografía, violencia, etc. El papel de la iglesia sería entonces, hacer patente aquel verso de la Conferencia de Santo Domingo en donde pedía a las familias (y en ella a toda la iglesia) de: “educar para la libertar”. Porque solo seres humanos debidamente educados pueden asumir la vida con la libertad y responsabilidad que esta conlleva.

2. ¿Qué necesitan las diferentes pastorales para llevar a cabo iniciativas que rescaten a los jóvenes de las drogas?

Si hay jóvenes que han caído en el problema de la droga, es porque hay un vacío existencial que necesita ser llenado. Por lo tanto, los programas de rescate o rehabilitación de estos jóvenes deben comenzar con la humilde actitud de cantaba el salmista “Que estén tus oídos atentos, a la voz de mi súplica”(sal 130). Estos jóvenes están necesitados de ayuda, aunque no sean consientes de ello. Su adicción es un grito de súplica frente a la impotencia de no poder llevar su carga solos… esto pide que los agentes de pastoral tengan la capacidad de comprenderles, sin juicios ni criticas. Ese escucharles, luego exigirá a los mismos agentes la utilización de ciencias auxiliares a la pastoral, tales como la psicología y la sociología, materias que ampliaran el radio de escucha y comprometerán más a la acción de la iglesia en la búsqueda de las causas y no solo atacar los efectos del negocio de la droga.

3. ¿La Iglesia ha hecho suficiente, pastoralmente hablando, en este tema?

La iglesia, de una u otra forma, va respondiendo a todo aquello que el devenir histórico le va poniendo en frente. El tema de la droga no es un rubro que le toca a la pastoral directamente. Le afecta porque afecta a los cristianos y a estos como ciudadanos. La pregunta mejor formulada sería: ¿Los cristianos, especialmente los lacios que son los que viven en la polis, están asumiendo el mandato de ser “fermento”, involucrándose en la creación y desarrollo de programas comunales y políticos que contribuyan a la gestación de sociedades nuevas, en las que “empresas” como las del narcotráfico no tengan cabida ni influencia sobre las decisiones que importan a todos y todas? De lo contrario, sin una respuesta afirmativa a esta pregunta, toda acción realizada será una mera “curita” puesta a la herida, pero nunca el remedio que al sane.


Estimado Señor, Vladimir Valladares:
en primer lugar reciba un saludo de paz y bendiciones para su labor, me gustaría también, felicitarle por la entrevista del Panorama Católico, de este domingo, pues sus palabras están llenas de sabiduría, verdad y profundidad. Comparto y escucho con usted: "el grito de súplica de los jóvenes y de los no tan jóvenes, que están sumergidos en un mundo de ocultos sufrimientos, mentira, oscuridad y violencia, como son las adiciones.
Octavio Álvarez, soy español y actualmente vivo en David, Chiriquí.

Estimados miembros del departamento de prevención de drogas y atención psicosocial:
Buenas tardes. Reciban mi cordial saludo, deseando éxitos en la insigne labor de prevenir y atender el abuso de las drogas y los factores psicosociales que predisponen a utilizarlos. Mi nombre es Elvis Ibarra, joven chiricano, psicólogo en formación (3 años). En la edición del 16 de noviembre de presente año, de Panorama Católico, observé la entrevista realizada a un teólogo. Con esta entrevista, me sentí inquieto para poder colaborarles en este loable labor, ya que como cristiano y futuro psicólogo me interesa ejercitar lo aprendido en las clases y a su vez ayudar al prójimo.
Elvis Ibarra
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27 septiembre 2014

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Los Evangelios de Mateo y Lucas

La siguiente presentación es parte del material que utilicé en el Taller de Biblia (Estudio de los evangelios de Mateo y Lucas) organizado por la Comisión de "Espiritualidad y Misión" de la PJ Ardiócesana de Panamá.

Como base teórica he tomado de referencia el libro "Para leer el Nuevo Testamento" de Etienne Charpentier, lectura que recomiendo ampliamente, por su rigurosidad, claridad y didáctica a la hora de abordar los temas bíblicos. 



El estudio de los evangelios (y de la Biblia en general) dentro de las comunidades cristianas es sumamente importante porque en ellos encontramos el fundamento de la fe; por los tanto, no puede supeditarse esta tarea a simplemente “leer” los textos, pretendiendo de forma irresponsable, encontrar en ellos un “recetario” para los múltiples situaciones de la vida. Este proceder también iría en contra de lo que señalaba el Vaticano II cuando afirmaba que: 

Habiendo, pues, hablado Dios en la Sagrada Escritura por medio de hombres y a la manera humana, el intérprete de la Sagrada Escritura debe investigar con atención qué pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y plugo a Dios manifestar por sus palabras, para comprender lo que El quiso comunicarnos.
Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a "los géneros literarios", porque la verdad se propone y se expresa de una manera o de otra en los textos de diverso modo históricos, proféticos, poéticos o en otras formas de hablar. Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia, según la condición de su tiempo y de su cultura, por medio de los géneros literarios usados en su época. Pues para entender rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a las acostumbradas formas nativas de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del hagiógrafo, como a las que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres.
Y como hay que leer e interpretar la Sagrada Escritura con el mismo Espíritu con que se escribió para descubrir el sentido exacto de los textos sagrados, hay que atender con no menor diligencia al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe. Toca a los exegetas esforzarse según estas reglas por entender y exponer más a fondo el sentido de la Sagrada Escritura, para que, como con un estudio previo, vaya madurando el juicio de la Iglesia. Porque todo lo que se refiere a la interpretación de la Sagrada Escritura está sometido en última instancia a la Iglesia, que tiene el mandato y el ministerio divino de conservar y de interpretar la palabra de Dios. DV 12

Entonces, se vuelve necesario brindarle a los coordinadores de las comunidades una guía o método de estudio, por muy sencillo que este sea, que les ayude a llevar la reflexión bíblica a un nivel de madurez en el que pueda haber correspondencia entre lo que el Autor Sagrado quiso expresar y la enseñanza para la vida que puede tener el texto para el tiempo presente. 

Saludos!
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20 agosto 2014

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Mensaje de la III Caminata Juvenil por la Paz 2014


Dos acontecimentos motivan esta entrada. El pasado 12 de agosto se celebró el día internacional de la juventud. Unos días después, el 16 de agosto, la juventud católica de Panamá, se unió a esta celebración realizando su tradicional caminata por la paz. Tuve el honor de poder escribir el mensaje que daba inicio a esta activad. Y las líneas que siguen son las palabras que se leyeron ese día. Lo comparto deseando que al final de su lectura se queden con la misma sensación que tuve al escribirlas; porque mientras creamos y apostemos por el desarrollo integral de la juventud: "aún nos queda esperanza." Con cariño: Vladimir!
Panamá, 16 de agosto de 2014
Mensaje

Soy joven… por eso temía hablar (Job. 32,6)


El Documento de Paz de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Medellín en 1968, comienza con estas palabras proféticas: “Si el desarrollo es el nuevo nombre de la paz el subdesarrollo latinoamericano, con características propias en los diversos países, es una injusta situación promotora de tensiones que conspiran contra la paz”; con ellas hacían eco de la voz de Isaías cuando afirmaba que la “Paz es fruto de la justicia” (Is. 32,17) 

Queremos comenzar este mensaje uniendo nuestra voz a las del profeta y los obispos, porque somos conscientes que la paz nos es la mera ausencia de un conflicto armado entre de dos bandos. La historia ha demostrado reiteradamente que en un país puede no existir enfrentamiento bélico, pero esto no significa que no exista violencia. Esa violencia institucionalizada que es el resultado de una serie sistematizada de prácticas injustas que desembocan, por tanto, en la ausencia de esa paz tan querida.

Nuestro País, Panamá, según el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2014 es un país que:  “…tiene hoy los recursos y las condiciones institucionales para llevar a cabo una transformación sostenible de largo plazo. Con un ingreso nacional bruto per cápita de US$ 8.100, es uno de los países económicamente mejor dotados de América Latina. El 8.8% del presupuesto total del sector público se destina a la educación, un porcentaje bastante alto con relación a los países del área. Los recursos para inversión en la infancia y en la juventud existen.”

Pero frente a esta pujante realidad económica, surgen las interrogantes ¿Por qué entonces sigue habiendo pobreza, marginación y exclusión que desfavorecen a los sectores más vulnerables? ¿Por qué la falta de calidad en temas de salud, educación y transporte? ¿Por qué siguen siendo los jóvenes noticias diarias con muertes a causa de la violencia generada por las pandillas? ¿Por qué los jóvenes abandonan la escuela, y prefieren la calle, la droga y todo lo que que este mundo le ofrece? ¿Por qué tantas jóvenes menores de edad embarazadas, cercando su futuro al prematuro título de ser madres?… ¿Será entonces que el desarrollo de un pueblo no es necesariamente proporcional a su crecimiento económico?    

Esta es la realidad que nos preocupa, la que nos motiva a que hoy alcemos nuestra voz, la que nos lleva a manifestarnos sin miedo, y pedir que se nos escuche.

2. Les pido que me escuchen, porque les diré lo que sé (Job 32, 10)


Los jóvenes queremos y pedimos la Paz. Pero no esa paz tranquilizante, aparente y maquillada por  los edificios y estructuras altas y magníficas que embellecen parte de nuestra ciudad. ¿Qué son estas si la dignidad de la persona no vale, ni se eleva tanto como esas construcciones? 

Queremos esa paz que nos permita nacer en un hogar, en el cual sentiremos amados y en él podamos desarrollar todas nuestras potencialidades al lado de mamá y papá que siempre están presentes, brindándonos tiempo de calidad. 

Deseamos esa paz en la que es posible ir a la escuela y en ella experimentarnos como en otra casa: bienvenidos, acogidos, satisfechos porque convivimos con otros como iguales y donde el docente nos acompaña durante todo ese largo viaje, procurando que el aprendizaje sea parte de nuestra diversión, y que la educación recibida en las aulas, corresponda con la realidad a la que estamos llamados a transformar. 

Anhelamos esa paz que nos da la confianza de que en medio de la enfermedad, podemos ir a hospitales o clínicas que nos prestan atención humana y brindan medicina de calidad.

Pedimos esa paz que nos da la oportunidad de salir a la calle sin miedo a ser atacados, asaltados o violados.  

Esa paz que nos da oportunidades labores dignas y salarios justos, que nos permitan acceder con sobriedad y responsabilidad a lo que nuestro esfuerzo nos da derecho.

Esa paz llena de oportunidades para educar dignamente a los hijos, para crecer como persona y en la que llegar a viejos gozando de una jubilación merecida, satisfechos por el trabajo realizado, no sea un privilegio, sino una recompensa. 

Esa paz donde nuestra voz es escuchada y tomada en cuenta porque nosotros también tenemos algo que decir.

3. ¿Puedo acaso cruzarme de brazos…? (Job. 32, 16)


Estos son nuestros anhelos. Pero no somos ingenuos. Sabemos que nuestros sueños no son solo responsabilidad de un grupo, sino de todos. Aunque también sabemos que hay niveles en la responsabilidad. 

Por esta razón, no solo exponemos nuestras peticiones; también extendemos los brazos en señal de  nuestra consciencia de que somos colaboradores en la construcción de una sociedad justa, parecida aquella a la que Jesús de Nazaret llamaba: El reino de Dios.

Y hoy, con motivo a la celebración del día internacional de la juventud, nos comprometemos, como jóvenes creyentes, a defender la vida, a luchar por la justicia y a ser constructores permanentes con nuestras palabras y aciones de una Civilización del Amor que tendrá como fruto la paz que hemos descrito.

Queremos terminar estas palabras, que quieren ser la voz de todos los jóvenes panameños, recordando al humilde maestro de Galilea, cuando siendo testigo de la procesión fúnebre que llevaba a un joven a la tumba; la detiene, se acerca al féretro y recita aquella plegaria totalmente animadora (en su sentido más puro de dar vida): “Joven a ti te digo: Levántate” (Lucas 7:14).

¡Jóvenes, testigos del resucitado, no se queden con los brazos cruzados: Levántese!
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11 agosto 2014

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Principios de la dinámica de grupo.



1. Introducción.

Se le atribuye al psicólogo alemán,  Kurt Lewin, el uso inaugural de la expresión "dinámica de grupoen su artículo: "experimentos sobre el espacio social" (1939). Esta  puede ser comprendida desde dos puntos de vista; por un lado, y como afirma Roger Mucchielli (1971),  como: 

El conjunto de fenómenos psicosociales que se producen en los grupos primarios, y las leyes que los regulan, y el conjunto de los métodos de acción que actúan sobre la personalidad.
Por otra parte, y como la gran mayoría de gente lo comprende, como:
Aquellas técnicas o herramientas utilizadas para someter a los grupos en situaciones controladas con el fin de conseguir un objetivo específico. 
Nuestra reflexión irá más en la línea de la primera cita.

Es justo aclarar que lo que sigue está pensado para dar algunos aportes a todos aquellos líderes juveniles, asesores o acompañantes de procesos, profesores o interesados  que tienen que vérsales con el trabajo con grupos. También es bueno decir que el presente texto fue escrito como marco de referencia para mi participación como facilitador en la primera Capacitación del Departamento del Uso Indebido de Drogas de la Iglesia Católica, en Panamá.

2. Finalidad de la Dinámica de grupo.

"Nos educamos juntos", concluía Freire. Y esto es verdad si consideramos que la pertenecía a un grupo, una tribu o un clan le es natural al ser humano; y si consideramos además que el hombre no puede, como imperativo categórico, desarrollarse verdaderamente como persona a solas. De hecho, no puede ni siquiera darse vida a solas. Por lo tanto, los seres humanos solo pueden conseguir su verdadera humanización, en la medida que integren lo individualidad con lo social.  Ser parte de un grupo y aprender a convivir dentro de este, es para el hombre su vocación primigenia.

Según Jorge Boram, en su libro Curso de Dinámicas para Líderes, nivel 1, afirma que la dinámica de grupo debe tender al menos a una triple finalidad:
  1. Buscar juntos caminos de solución para los problemas.
  2. Contribuir al crecimiento en grupo y en comunidad.
  3. Generar espacios de verdadero diálogo, en los cuales todos participen sin discriminación.
Buscar soluciones, crecer y dialogar, son la base para eso que llamábamos: humanizarnos. Y humanizar no es más que colocar a las personas frente a frente y que de este encuentro resulte, aquello que considero de forma particular, la escénica del ser humano: La comunicación, es decir, eso que no es común a todos. 

En mi artículo Teología de la comunicación I me he detenido a explicar qué entiendo por este término. Resumiendo ese texto afirmo que comunicar lo comprendo como la donación que de sí  hace una persona a otra; es esa capacidad de generar vida por la palabra pronunciada. Porque todo lo que sale de la boca del hombre conecta con el corazón, y por lo tanto,  no hay nada más generador de vida que aquello que habita en los más íntimo de la intimidad, sea expuesto al otro. Todo esto toma sentido cuando leemos el texto bíblico del Génesis 1 y nos damos cuenta que el Dios creador da vida mediante la pronunciación de su Palabra. 

Cerrando este paréntesis, volviendo al tema que nos ocupa y siguiendo la línea de Boram, existen dos reglas que garantizan una buena comunicación dentro de la dinámica de grupo: Hablar con claridad  y Escuchar con atención.
  1. Hablar con claridad, implica:
    • Organizar las ideas, antes de hablar
    • Dar a conocer sin termo el propio punto de vista
    • Respetar la postura del otro
    • Dar tiempo para que el otro también opine.
  2. Por su parte, escuchar con atención presupone 
    • Comprender  lo que el otro quiere decir
    • Asimilar sin prejuicios, la postura del otro
    • Escuchar tranquilamente para entender mejor
    • Ayudar a los más tímido a que den su opinión.
Siguiendo estas sencillas observaciones evitaremos la monopolización de la conversación y la segmentación de los grupos, logrando un verdadero diálogo creciente y en espiral, donde todos los involucrados se sientan tomados en cuenta, generando así, un grupo incluyente y armónico.

3. Elementos para la evaluación dentro del grupo.

Hemos dicho que dentro de la dinámica de grupo se espera que las personas que lo conforman puedan crecer, dialogar y encontrar soluciones juntas. También hemos acotado que estos verbos son objetivos por alcanzar. Por lo tanto, es pertinente la pregunta por el cómo conseguir dichos objetivos.

Algunos de los documentos del Concilio Vaticano II y tres de las conferencias del episcopado latinoamericano, nos pueden dar una respuesta a modo de propuesta para que se dé esa comunicación de la que hemos hablado antes.

El Decreto Conciliar  sobre el Apostolado de los Laicos (Apostolicam actuositatem) en su número 29 dice:
La formación para el apostolado no puede consistir sólo en una instrucción teórica, aprendan poco a poco y con prudencia, desde el principio de su formación, a verlo, a juzgarlo y a hacerlo todo a la luz de la fe, a formarse y perfeccionarse a sí mismos por la acción con los otros y a entrar así en el servicio laborioso de la Iglesia.
En negritas subrayo las tres palabras que nos insinúan el método de trabajo. Pero antes de tratarlo concretamente, hay que hacer notar cómo el Vaticano II, específicamente en la Constitución Pastoral: Gaudium et Spes, da paso a una nueva forma de acercamiento a la realidad y al diálogo pastoral con el mundo. Optando por un método más inductivo, en el cual lo primero es contemplar las realidades terrenas y descubrir en ellas los signos de los tiempos para establecer propuestas de acción. De esta misma forma procedieron los obispos latinoamericanos, cuando en las conferencias de Medellín, Puebla y Aparecida (68, 79 y 2007 respectivamente) oficializaron el Método Ver-Juzgar-Actuar, instituyéndolo como la mejor manera de entrar en un diálogo humilde y respetuoso con el mundo y las problemáticas que conciernen a todos.

El método Ver-Juzgar-Actuar.

No es más que una herramienta inductiva y participativa, con la cual, siguiendo una serie de sencillos pasos, puede lograrse el sano debate de ideas, la resolución de conflictos y el análisis y resolución  de problemas. Veamos cada uno de los pasos expuestos en la siguiente lámina.


Siempre hemos de comenzar dejando que la realidad nos hable sí misma. Intentando, de la forma más objetiva posible, comprender los hechos y las causas que han originado el fenómeno en cuestión. Para   luego, y solamente luego, poder hacer juicios de valor desde la fe o los principios del grupo. De esta relación dialéctica entre realidad y juicios resultarán propuestas comunitarias de acción que deberán de ponerse en práctica, y que al final serán revisadas para evaluar si el problema o situación logró resolverse pertinentemente. 

4. Consideraciones importantes del trabajo en grupo.

Hasta el momento hemos hablado de los fines y formas para que la dinámica de grupo se desarrolle de la mejor manera posible. Pero el grupo, estos grupos de los que estamos hablando, están conformados por personas, que son seres humanos con historias, anhelos, capacidad y limitantes propias que le constituyen dentro del grupo como un individuo único y particular. Son estos individuos los que están al centro de toda la reflexión hecha. Son ellos los  destinatarios y responsables del propio proceso de crecimiento y maduración de sus compañeros. De no reconocer esto, todo lo anterior sería teoría pura inaplicable porque carece de realidad. 

Es por eso que en esta sección, nos centraremos de manera breve en dos campos de conocimiento de las habilidades de las personas que conforman el grupo: El conocimiento del tipo de liderazgo y el conocimiento de las fortalezas de los miembros.

Saber qué tipo de liderazgo es el predominante en el grupo ayudará a determinar cómo se toman las decisiones, cómo se procede con la resolución de conflictos y el tipo de clima grupal que le envuelve. Jorge Boram, el libro ya citado, dice que pueden identificares 4 clases de liderazgos:


Resulta obvio que los primeros tres tipos de liderazgos son dañinos para la dinámica de grupo, ya que van desde el extremo de concentrar la autoridad en una sola persona o subgrupo, hasta diluir la autoridad hasta el punto del desorden, el descontrol y la anarquía. Los liderazgos democráticos, los cuales son ideales, tienden a ser más inclusivos, participativos  y tolerantes, dando espacios para el diálogo y la diversidad de opiniones, generando consenso para tomar decisiones objetivas para el mejor bien de todos.

Ya hemos dicho que las personas poseen individualidad. Por lo tanto, el grupo no puede absorberla. Esto sería un irrespeto, que es contrario a todo lo que hemos resaltado del grupo como lugar para crecer y desarrollarse. Por eso no solo basta con conocer el tipo de liderazgo prevaleciente, sino también y por sobre todo, conocer a cada miembro de grupo y reconocer sus habilidades, sus destrezas, sus fortalezas, así mismo como sus limitantes y carencias.  Este conocimiento ayudará a cohesionar a los miembros del grupo de forma tal que las exigencias serán con base a su propias potencialidades y que se generarán los espacios para mejorar lo que haya que mejorar de cada miembro. El conocimiento del otro, en tanto que otro, garantiza el diálogo fluido y sincero; y una comunicación para la organización eficaz y eficiente. 

5. Y en el principio...

He dejado para el final de nuestro recorrido, lo que debe ser pensado desde el principio, antes de realizar cualquier acción o dinámica. Existen una serie de presupuestos que deben explicitarse siempre que se comienza un trabajo de grupo. Estos presupuestos servirán como brújula y marcarán un estilo o carisma propio, desde los cuales todas las acciones tomarán sentido. Digamos, en metáfora musical, que son las claves de lectura que le dan nombre a las notas.

Propongo por los menos tres opciones que deben pensarse, veamos cada una de ellas:



En el caso de los grupos cristianos, las Opciones Teológicas son los puntos de apoyo que le dan sustento al contenido a tratar en la reuniones de grupo:



Teniendo claridad de la imagen de Jesús, el modelo de iglesia y el tipo de ser humano, nuestro itenerarios formativos siempre irán en línea y coherencia procesual. 

Las Opciones Pedagógicas por su parte, hacen referencia a la escogencia de las  estrategias de acompañamiento que se le darán a cada miembro del grupo. Son las formas de acercamiento al grupo o las formas cómo acercar el contenido al grupo, por ejemplo: considerar siempre los procesos de crecimiento y aprendizaje individual, tener presente que los miembros del grupa provienen de ambientes y realidades específicas,  establecer los parámetros de  organización y acompañamiento del grupo...


Y al final las Opciones Metodológicas, es tener en cuenta que del universo de metodologías que existen se deben optar por aquellas que sean: inductivas, participativas y transformadoras. Ejemplos de estas metodologías pueden ser:


Para la ampliación del uso de estas metodologías, remito la lectura del capítulo correspondiente del libro de orientaciones para una pastoral juvenil latinoamericana en su última edición Civilización de Amor, Proyecto y Misión.  Pueden trabajarse las fichas de estudio del documento aquí.

6. Conclusión.

Este post, pudo haber sido la exposición de un montón de dinámicas a utilizar dentro de los encuentros con nuestros grupos, pero para ello existen mucho libros y portales de internet que ofrecen una batería de dinámicas muy buena y bien elaboradas. Pero mi intensión en un tanto más presuntuosa. Es llevar a la reflexión nuestras intervenciones como acompañantes de grupo. Resaltar el porqué hacemos lo que hacemos, cuál es la intensión y el sustento de nuestras acciones... Solo en la media que nuestras intervenciones pedagógicas sean reflexionadas y pensadas, nuestros grupos crecerán maduros y conscientes de que son agentes de cambio social.

Saludos!
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